martes, 12 de abril de 2011

Aprende compartiendo: El alma del bosque

Hoy hablaremos de otro truco fácil y aparente.

A veces cuando te sumerges en un bosque con tu cámara, obnubilado con tus cosas en un mundo ajeno a lo demás, te puedes llegar a sentir inmerso en un ambiente etéreo o ausente.

"El alma del bosque"
24mm  -  ISO200,  f/16,  0.6s

Otoño, bella escena de desolación que la naturaleza se empeña cada año en mostrar: árboles despojados de sus hojas, que efímeras muertas yacen a sus pies y sus troncos, resquicios de vida, desnudos y afilados como queriendo escapar de la tierra, abandonando sus colores y huyendo en su forma más abstracta hacia un cielo que los quiera abrazar. Lo cierto es que yo no sé como plasmar todas esas sensaciones un una fotografía, pero no por ello lo dejaré de intentar.

La foto que te presento la hice con un truco relativamente conocido, que también sirve para inventar un poco de niebla donde no la hay. Se trata de montar la cámara en el trípode con una pata delante y las otras dos detrás paralelas al plano de tu sensor. Buscar unos ajustes de cámara para que la exposición dure al menos medio segundo. Disparar y en el último momento de la obturación empujar la cámara hacia atrás para bascular sobre las dos patas traseras. En mi caso de 0,6s la idea es por ejemplo que  0,4s sean con la cámara quieta y los últimos 0,2s el movimiento final.

Para el procesado en este caso hice un doble revelado, aunque ésta vez la finalidad no era ampliar el rango dinámico. Para la parte superior (árboles) con el dial de "claridad" en negativo (hacia la izquierda) para acentuar ese ambiente "etéreo" y en la parte inferior al revés, así el suelo quedaba más nítido o contrastado. Luego mezclé ambas en Photoshop y listo, como ves no tiene dificultad, ¡anímate a probarlo!

Ejemplo del doble revelado

1 comentario:

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